Por Eduardo Camacho

Para cada viajero apasionado hay un deseo interno (con fortuna, satisfecho) de conocer Australia. Es un destino tan atractivo como lejano, que por alguna razón, parece guardar una particular simpatía con México. Así que, si eres de los que no ha contado con la fortuna mencionada, ¿por qué no trazar nuevamente la meta de al fin pisar estas tierras?

¿Cómo llegar desde México?

Llegar de México a Australia no es sencillo, mas tampoco es tan difícil como hacerlo procedente de otros países latinoamericanos. Es preciso acceder con visa, que puede ser desde la de todo PASAJERO; es decir, de turista, hasta las que patrocinan las empresas que están contratando y buscan gente calificada para labores profesionales específicas. Una vez resuelto ese asunto, hay que volar más de 12,350 kms. por encima del océano Pacífico hasta la Ciudad de Sydney con por lo menos una escala previa en Los Ángeles, partiendo de la Ciudad de México.

Australia fue visitado por 11,300 viajeros mexicanos en 2017, lo que representó un incremento de 22.8% en comparación a 2016.

De pronto aquí estás. Es imponente saber que el lugar en el que aterrizarás, hace más de 65 mil años que es habitado por comunidades humanas, por lo que existe una cantidad importante de lenguas originarias, clasificadas principalmente en dos por su familia, pama-ñunganas, y no pamañunganas. Por supuesto, tras la llegada de los ingleses, el idioma con mayor cantidad de hablantes es el inglés, que es considerado oficial, sin embargo, no por derecho. Así que, aunque la variante australiana te pueda confundir, conociendo esta lengua lo harás bien.

Ah, una cosa más. Llevar tus pesos te servirá de poco en Australia, pues la moneda de uso exclusivo en el país, es el dólar australiano.

Principales atracciones

El sexto país más inmenso del mundo, por supuesto, alberga grandes atracciones para todos los turistas, empezando por su biodiversidad. El territorio australiano cuenta con una muy famosa y exótica fauna que incluye especies como el Koala, el Canguro o el Ornitorrinco. Pero por si esto fuera poco, cuenta con una zona desértica increíble, con grandes playas  y con la estructura viva más grande de la tierra, visible desde el espacio exterior: La Gran Barrera de Coral, en Queensland, que es un hábitat marino impresionante que además de al arrecife de coral, da vida a miles de especies.  Se trata de un patrimonio de la humanidad, y de una zona a preservar que otorga identidad a los australianos.

Las ciudades más importantes de Australia son costeras, en ellas vive la mayor parte de la población, por lo que en Sydney, Melbourne y Brisbane, Perth y Adelaida principalmente, se hallan una buena cantidad de atractivos turísticos. Las playas son un punto de inicio importante pues son tantas que es imposible conocerlas todas, pero entre las principales están Gold Coast, o Whitsundays.

Por su parte, la capital de Nueva Gales del Sur; Sydney, alberga una de las edificaciones australianas más emblemáticas, como lo es el Opera House, recinto construido entre 1959 y 1973, y diseñado por el arquitecto danés Jørn Utzon, que es la sede de los más grandes eventos culturales del país, incluyendo conciertos, obras de teatro, entre muchas otras. También es considerado patrimonio de la humanidad, y es el inmueble más popular de la nación.

Y si quieres conocer la Australia sustancial, Uluru, dentro del parque Kata-Tjuta National Park,  es el lugar indicado. También es conocido como Ayers Rock, y se trata de una formación rocosa de arenisca que se eleva 348 metros sobre el nivel del mar, en el centro rojo del país. Este sitio es muy representativo turísticamente hablando, pues constituye un lugar sagrado para las poblaciones aborígenes por tratarse de una creación del ‘Tiempo del Sueño’, creencia indígena de una actividad más real que la realidad misma.

En añadidura, pueden visitar el Lago Hillier ubicado en la isla Middle, con 600 metros de longitud aproximadamente, y un atractivo color rosado debido a la concentración de sal con el que cuenta, o a la existencia de bacterias halófilas rojas o algas en las costras de sal, que hace de éste uno de los destinos más visitados.

¿Cuándo viajar a Australia?

El destino es imperdible y el atractivo innegable, así que, ¿qué más?, uno debe saber en qué momento disfrutarás de todo lo que Australia puede ofrecer, y bien, para eso debes saber qué zona que planeas recorrer.

Como ha sido aclarado ya, se trata de un país tan grande que tiene tan diversos ecosistemas como climas, por lo que hay temporadas más adecuadas que otras para los turistas. Y aunque en realidad, es una nación cuyo arribo de viajeros ocurre todos los meses del año, se considera ideal el verano (que transcurre de diciembre a febrero) para visitar la zona sur, o en invierno (de junio a septiembre) si lo que se desea conocer es la parte norte.

Más allá de esto, es recomendable considerar que algunos fenómenos naturales acechan el archipiélago, propiciando cambios climáticos constantes que pueden hacer de algunos destinos, no viables para el turista.

Melbourne, donde las paredes hablan

Y bien, antes no mencionamos mucho sobre Melbourne, sin embargo, es la segunda ciudad más habitada del país detrás de Sydney, una de las mejores para vivir por su alto nivel de calidad de vida, y un sitio que alberga un sinfín de eventos culturales –incluso es llamada la capital del deporte y la cultura en Australia- y actividades que mantendrán tu entusiasmo viajero al máximo.

Aquí encontrarás una arquitectura impresionante con muchas construcciones victorianas que es posible hallar entre otras más de estilo contemporáneo. Melbourne también cuenta con un Jardín Botánico Real y un Acuario para todo el que se halle en busca de diversidad natural, así como un mercado reconocidísimo para hacer compras o degustar los mejores platos, el Queen Victoria Market.

Y desde hace unos años, el llamado Street art ha despuntado de tal manera, que al visitar la ciudad uno quedará fascinado por el atractivo con el que cuentan hoy día, los muros de casi todas las calles.

Desde la década de los 70, la juventud melburiana comenzó a expresar su sentir en los ferrocarriles mediante el graffiti, luego se implementaron técnicas como la del esténcil,  y ahora, con ayuda de disposiciones gubernamentales, se ha promovido al grado de encontrar un paisaje urbano muy expresivo que viste casi enteramente la ciudad.

Incluso personalidades icónicas del arte callejero, como lo es Banksy, cuentan con una base de trabajo en Melbourne, mas además, existen iniciativas inmensas que promueven su desarrollo de una única en el mundo.

Juddy Roller     

Aquí un gran ejemplo. Juddy Roller es una agencia situada en la Johnston St., una calle en el corazón de la ciudad, encargada en gran medida de la transformación de los espacios  públicos por medio de la promoción de artistas, de proyectos, y un montón de quehaceres alrededor del Street art.

Básicamente se trata de una red que ha diversificado el paisaje urbano, no sólo mediante la expresión del graffiti, sino a partir de una ideología clara de lo que constituye hacer uso de los espacios para reflejar el contexto actual de una ciudad a la vanguardia como es Melbourne, con un nivel de multiculturalidad que exige el mismo número de colores y formas en sus paredes.

El trabajo realizado por Juddy Roller incluye una galería donde son exhibidos trabajos de los artistas participantes en la agencia que también cuentan con proyectos a gran escala. A su vez, esta red se encarga de la realización de uno de los más grandes festivales de arte callejero en el mundo, como lo es el Wall to Wall fest, que en 2017 tuvo su tercera edición.

Del mismo modo, las organizaciones del Grand Prix y el Australian Open, grandes eventos deportivos de la nación, trabajan en colaboración con Juddy Roller para vestir sus espacios con el color y el talento de sus artistas.

En fin, nada puede hablar más del trabajo de esta agencia, y en general del poder del arte callejero en Melbourne, como sus propias paredes. Todos los amantes del Street art encontraran en esta ciudad un gran valor desde esta premisa, y una inmensa razón para no dejarla de visitar.

Es momento de hacerlo.